En el jardín de los impresionistas, el talentoso Camille Pissarro dio la pincelada final
- Turf Diario
- 1 jun.
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El potrillo de Ballydoyle dominó el Prix du Jockey Club (G1) en Chantilly y confirmó la afinidad de los hijos de Wootton Bassett con el turf francés

CHANTILLY, Francia (Especial para Turf Diario).- La historia del Qatar Prix du Jockey Club (G1), primera escala del flamante circuito Arc Races, se definió mucho antes de la recta final. A 1000 metros del disco, mientras el lote comenzaba a tomar la larga curva final junto a las grandes caballerizas de Chantilly, los tres que conformarían el podio -Camille Pissarro (Wootton Bassett), Cualificar (Lope de Vega) y Detain (Wootton Bassett)- ya se habían colocado a la expectativa detrás de los punteros, entre ellos Trinity College (Dubawi), que terminaría en el cuarto lugar.
De los cinco primeros en la clasificación, solo Azimpour (Dubawi) -defensor de la chaquetilla del Aga Khan- logró avanzar posiciones en los últimos metros, dejando en sexto lugar a su compañero de equipo Ridari (Churchill). Quedó claro que, en esta edición, quien no quedó bien ubicado desde temprano, no tuvo chances: los ejemplares obligados a ir por fuera -en su mayoría perjudicados por el sorteo- se diluyeron en la recta. Es que cuando los caballos de alto nivel se adueñan de la baranda, resulta casi imposible descontarles.
El vencedor, Camille Pissarro, es entrenado en Ballydoyle por el maestro Aidan O’Brien, pero hizo de Francia su territorio favorito: ganó aquí el Prix Jean-Luc Lagardère (G1) a los 2 años en octubre pasado y fue tercero hace tres semanas en la Emirates Poule d’Essai des Poulains (G1).
Hijo del consolidado reproductor Wootton Bassett, que dio sus primeros pasos de éxito en suelo francés antes de recalar en Coolmore Stud (Irlanda), Camille Pissarro tiene además un fuerte lazo con la cría francesa: su madre ya había producido al ganador de G1 Golden Horde (Lethal Force), hoy padrillo en el Haras de Montfort et Préaux, en Normandía.
En la Poule d’Essai, Camille Pissarro fue vencido por su compañero de equipo Henri Matisse, también hijo de Wootton Bassett y, como él, bautizado en honor a un gran maestro del arte francés. El homenaje a los impresionistas, al parecer, también corre en la sangre.
Para Aidan O’Brien, considerado por muchos como el mejor preparador del mundo, este fue su segundo Prix du Jockey Club consecutivo, luego de muchos intentos fallidos. La recompensa llegó con creces.
“Después de la Poule, Christophe Soumillon bajó del caballo y nos dijo: ‘Llévenlo al Jockey Club’. Es un millero, pero aguanta los 2000 metros, y eso es justo lo que se necesita para ganar este Derby francés. Siempre fue un potrillo que nos gustó mucho. El año pasado era nuestro mejor candidato para el Coventry Stakes, aunque todavía estaba verde. En la segunda mitad del año maduró, y por eso decidimos correr el Jean-Luc Lagardère", contó O'Brien.
“Sobre el resto de su campaña, vamos carrera a carrera. Los propietarios hablarán con el jockey y luego me comunicarán la decisión… El caballo tiene mucha velocidad", agregó el preparador.
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