El hijo de Holy Boss se impuso en el Clásico República Federativa del Brasil (G3), que se atrasó por 40 minutos ante un reclamo de los jockeys que solicitaron no se dispurará en la dañada pista de césped
Historia larga la que dejó el Clásico República Federativa del Brasil (G3-1600 m, césped normal), la primera de las dos grandes carreras que incluyó la jornada del sábado en el Hipódromo Argentino de Palermo.
Las chapas del marcador indicaron una clara victoria de Fiolo Boss, que sigue dando muestras de su poder competitivo y ratificó lo que había mostrado en su reprise -venciendo en el Clásico Japón (L)-, afianzándose entre los mejores exponentes de la media distancia en el centro.
Pero hubo un trasfondo que demoró la prueba y la reunión por unos 40 minutos -nunca se comunicó la razón al público-, ante el pedido de los jockeys de pasar el clásico a la pista de arena, por las pésimas condiciones del trazado interno que, como se comunicó durante la semana, sólo se usará 3 veces entre agosto y septiembre, para intentar recuperarlo.
La inquietud no encontró eco en la dirigencia, que amagó con la suspensión de la fecha si no se terminaba con el tema, ante lo cual los profesionales cedieron y finalmente se corrió. Sin embargo, convengamos que a la solicitud le sobraba asidero. Cabe preguntarse: ¿quién se hacía responsable si ocurría un accidente?
Una superficie dinamitada, con un codo intransitable, pasarelas por doquier y muy marcadas (un peligro...), más la siempre amenazante presencia de las nutrias (que ya causaron más de una lesión, incluso en caballos buenos), lucían como un argumento lógico de los jinetes.
Ya en las gateras, el Brasil tuvo en Quality Boy (Asiatic Boy) a su puntero, asediado por El Mejor Recuerdo (Il Campione), mientras William Pereyra esperaba en el medio del grupo con Fiolo Boss, que siempre se movió con acción sobradora, y Kevin Banegas cerraba la marcha con el zaguero y favorito Comando Secreto (War Command).
Las modificaciones comenzaron en el derecho, cuando todos buscaron la parte externa de la cancha -algo mejor que la interna-, aunque Pereyra decidió arrancar por el centro. El jockey tuvo la mejor respuesta por parte de Fiolo Boss, que salió disparado, dominó y terminó ganando con lujos, sin preocuparse por la carga que pegado a la baranda lejana al disco desató Comando Secreto, finalmente escolta desde 2 cuerpos.
Al anca, Puro de Cuba (Long Island Sound) fue tercero, con idéntica diferencia sobre un inexpresivo Bronx (Qué Vida Buena) y con Quality Boy quedando quinto a la cabeza, mismo margen por el que postergó a El Mejor Recuerdo a la última chapa del marcador. El tiempo fue de 1m36s63/100, anecdótico.
Del Stud Chico Carlos, criado por el Haras La Leyenda y preparado por Juan Saldivia, Fiolo Boss suma festejos importantes a su campaña notable, como que ya sumó 7 victorias en 12 salidas, 5 de ellas en el plano de los clásicos y 3 graduales, en césped o en arena, con el detalle de estar invicto en La Plata, con récord de 3 de 3 allí.
Si bien por un par de veces sufrió pausas prolongadas, cuando Fiolo Boss está bien, es muy difícil de vencer, y seguramente siga tomando parte en los más importantes clásicos de la media distancia, camino a los desafíos más fuertes de la división en los 3 hipódromos principales.
Donde sea, y sobre la pista que sea, para ganarle al hijo de Holy Boss y Fished Pond (Tapit), habrá que correr mucho, muchísimo.
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