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Gardel Pass y un triunfo valiente en una Polla para el recuerdo

  • Foto del escritor: Turf Diario
    Turf Diario
  • hace 13 horas
  • 3 Min. de lectura

El potrillo de El Alfalfar superó por el pescuezo al favorito Drive Joy y se quedó con el primer paso de la Triple Corona, en Palermo


Abierto, Gardel Pass dominó durante casi toda la recta a Drive Joy / JUAN I. BOZZELLO
Abierto, Gardel Pass dominó durante casi toda la recta a Drive Joy / JUAN I. BOZZELLO

El Gran Premio Polla de Potrillos (G1-1600 m, arena normal), la carrera que el sábado en el Hipódromo Argentino de Palermo abrió la Triple Corona nacional, ofreció una recta final formidable, una batalla épica entre Gardel Pass (Distinctiv Passion) y Drive Joy (Fortify) que terminó con la victoria del primero de ellos, posicionándolo como el líder de la generación.

Tan vibrante resultó la pelea que hizo olvidar la sentida ausencia del lesionado Amor de Contramano (Gouverneur Morris), que había dejado lejos al héroe del día cuando lo venció la tarde del Clásico Miguel Cané (G2), sobre la misma milla de tierra porteña.

Preparado por María F. Alvarez y Wálter Suárez, el hermoso zaino le dio el primer éxito en la emblemática competencia a la chaquetilla de El Alfalfar, la cabaña de Alfredo Camogli y su familia, que ya había vencido en la Polla de Potrancas (G1) en 2015 con Amy B Key (Key Deputy), aunque portó con la chaquetilla del Stud Clara Manuel.

Gonzalo Borda resultó fundamental en la conquista de Gardel Pass, dejándolo siempre por dentro, esperando y realizando un movimiento fundamental cuando llegó la recta y Drive Joy ya se insinuaba, por su acción, como el rival a vencer.

Martín Valle, en las riendas de este último, no lo dejó pasar por los palos, pero Borda abrió rápidamente a una segunda línea y se lanzó a la victoria, ganándole el tirón a su rival que, encerrado por dentro, ya no pudo descontar esa pequeña ventaja que le había sacado el ganador, por más que continuaron peleando hasta la misma raya.

Apenas el pescuezo los separó en el photochart, con el resto muy lejos, en otra carrera. A 6 cuerpos, Nevado Catedral (Gouverneur Morris) fue buen tercero, sobre todo, teniendo en cuenta que fue encerrado en la partida, quedando último y con una pared de caballos por delante.

Es Por Amor (Strategos) terminó cuarto a medio pescuezo, con In the Island (In the Dark) quinto al pescuezo y el perdedor Marruecos (Leofric) clausurando el marcador. El tiempo de la carrera fue de 1m34s46/100, 1s26/100 más veloz respecto del que empleó Moon Frank (Gidu) un rato antes para llevarse la Polla de Potrancas (G1).

Gardel Pass siempre mereció concepto entre su gente, y fue a La Plata para tomar impulso ganando el Clásico Pedro Goenaga (G2), en una movida táctica, para evitar las Estrellas y la presencia del mencionado Amor de Contramano. A la distancia, la idea luce feliz e inteligente, reservando potencia para la carrera en la que tenía que darlo todo.

El zaino, dueño de un físico virtuoso (pesó 516 kilos), también trajo el primer éxito de G1 para un padrillo de una generosidad llamativa como Distinctiv Passion (With Distinction), cuyos datos de eficiencias son realmente notables.

Por línea baja, el héroe de la Polla cuenta con el soporte de la familia insignia de El Alfalfar, la de Sugary (World Cup). Gardel Pass es propio hermano de la G2 Papusa Pass y La Cumparsita Key (Key Deputy), su madre, fue placé de grado temprano, en un pedigree donde también se lucen otros G1 como Todo Tango Key (Key Deputy), Villero Cat (Easing Along), Compasivo Cat (Easing Along) y Llorón Cat (Easing Along), la inolvidable Tristeza Cat (Easing Along) o los vigentes Sarzana Pass (Distinctiv Passión) y Bolero Frank (Gidu).

La Polla de Potrillos 2025 quedó para Gardel Pass, cuyas condiciones vienen afirmándose de la mano de la maduración, dejando entrever que llegó lo mejor de su parte. ¿Irá a los 2000 metros del césped de San Isidro para tentar seguir por la ruta de la Triple Corona en el Gran Premio Jockey Club?

Por lo pronto, y antes de tomar decisiones, será tiempo de festejar una victoria soñada y merecida. Los colores turquesa y negro fueron grandes protagonistas en Palermo.



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