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Grezzo brilla en el Gran Premio Miguel A. Martínez de Hoz: en el nombre del padre

Foto del escritor: Turf DiarioTurf Diario

El hijo del crack Hi Happy alcanzó una estupenda victoria de punta a punta que emocionó al equipo de La Providencia



Por Diego H. Mitagstein

L

a temporada de G1 tuvo un gran inicio este sábado en el Hipódromo de San Isidro, donde la estupenda victoria que alcanzó el potrillo Grezzo tocó muchos corazones. No se puede negar que ver llegar a lo más alto a un hijo de uno de los mejores caballos argentinos de los últimos años, es una sensación de las lindas. Y, en el caso del alazán de La Providencia, fue casi como ver correr a su padre, el formidable Hi Happy (Pure Prize).

Asombra el parecido entre ambos, su forma de correr... Difícil superar lo que hizo el crack cuando le tocó vestir la chaquetilla amarilla y azul de la familia Depieri, pero la nueva estrella de la divisa se le está comenzando a acercar.

El equipo partirá en las próximas horas para ver correr a Giustino (Full Mast) en el Saudi Derby (G3) de Arabia Saudita, pero antes recibió un mimo especial del destino, esos por los que tanto se trabaja, los que se sueñan y son tan difíciles de hacer realidad.

Pero el turf siempre tiene vueltas, giros, curvones que producen momentos así. Tratándose de Hi Happy y todo lo que tenga relación con él, todo será siempre un Día de San Valentín. La Providencia lo crio, lo vio hacerse enorme aquí y luego, en los Estados Unidos, se dio el gusto de verlo ganar un G1 y de correr la Breeders' Cup, y eso que esa campaña la cumplió habiéndose recuperado de problemas en sus tendones. El motor que tenía era único.

Desde la padrillera del Haras Vacación, Hi Happy tiene ahora 4 crías ganadoras de G1, pues a Unico Happy, Happy Happy Day y Just Be Happy -que también corría para La Providencia-, se sumó ahora Grezzo, en ascenso, consolidándose, con el tiempo jugando un papel fundamental para terminar de afirmar esa mole de músculos de impactantes 544 kilos.

Preparado por José Luiz Correa Aranha, había ganado el Provincia de Buenos Aires (G3) y el Botafogo (G3), y terminó el Pellegrini (G1) octavo, en buena labor, pero ahora terminó de explotar, jugándose desde el salto y demostrando que los mayores no le pueden dar tantas ventajas a un 3 años a esta altura de la temporada.

En una cancha todavía algo blanda -normal fue el estado indicado-, Grezzo largó adelante, Eduardo Ortega Pavón lo afirmó allí ahorrando energías y en el derecho sacó garra y resistencia para contener todos los avances.

Viniendo en 27s/100, 51s84/100 y 1m15s57/100, costaba imaginarse que en el derecho pudieran alcanzar a un puntero con categoría; el no apostar a más, suele generar faltas expectativas. Así, una vez frente a las tribunas, Grezzo se estiró con coraje, haciendo rebotar a un Honest Boy (Heliostatic) que lo dio todo por alcanzarlo, pero que no lo consiguió, aunque sí olvidando su traspié en La Gran Final y volviendo a quedar segundo en un G1 sobre 2000 metros en la grama del norte, como en el último Jockey Club (G1). 

En el disco fue de 3/4 de cuerpo la diferencia entre los 3 potrillos, con el favorito Crazy Talent (Equal Talent) completando la trifecta a 4 largos, sin ser peligroso a la hora de la verdad. Al pescuezo, Epityrum (Portal del Alto) fue cuarto, con Acento Final (Treasure Beach) llegando quinto a 1 1/2 cuerpo más, pero lejos de lo que se esperaba. El tiempo de 2m1s62/100 fue bueno, y señal del estado de la pista.

Grezzo mezcla en su pedigree las dos familias más generosas de La Providencia, la de Hi Happy por arriba y la de Griffe de Paris (Telescópico) por abajo, pues la clásica Gringa Unica (Orpen), madre de la nueva estrella entre los fondistas en Argentina, es nieta de la increíble yegua brasileña que produjo a los G1 Global Hunter (Jade Hunter), Genereux (French Deputy) y Lady de Paris (Nugget Point) y a las madres de la campeona Ollagua (Pure Prize) y los G1 Greta G (Exchange Rate), Touriga (Put It Back) y Una Beleza (Signal Tap).

No fue un triunfo más el que consiguió Grezzo en el Gran Premio Miguel A. Martínez de Hoz (G1). A los ribetes de jerarquía que tiene por tratarse de un G1, le agregó todo lo sentimental e hizo una vez más realidad el viejo dicho: en el nombre del padre.



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