La clase de Sovereignty, vital para el primer Travers en la vida de Bill Mott
- Turf Diario

- 27 ago
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El destacado entrenador nunca había podido llevarse el Classic de verano en Saratoga, pero el crack le dio lo tan buscado

Tuvieron que pasar décadas de éxitos, victorias memorables y generaciones de campeones para que Bill Mott, uno de los entrenadores más prestigiosos y respetados del turf estadounidense, y del mundo, pudiera saborear por primera vez la gloria del Travers Stakes (G1). El sábado último, en el hipódromo de Saratoga, Sovereignty le regaló ese momento soñado con una actuación para el recuerdo, aplastando a sus rivales por 10 cuerpos y consolidándose como el indiscutido líder de la generación.
El pupilo de Godolphin y criado en Kentucky por Darley sumó así su tercer triunfo de G1 en 2025, tras conquistar el Kentucky Derby (G1) en mayo, el Belmont Stakes (G1) en junio y el Jim Dandy Stakes (G2) en julio. Ahora, se convirtió en el primer ganador del Derby y el Belmont en lograr el Travers desde el recordado Thunder Gulch (Gulch) en 1995. Un dato que lo coloca definitivamente en la conversación de los grandes de las últimas décadas.
Pero para Mott, la victoria tiene un sabor aún más especial. El entrenador, que es parte del Hall of Fame viene siguiendo la línea materna de Sovereignty desde hace más de dos décadas, cuando en 2000 entrenó a Sluice (Seeking the Gold), la tercera madre del potrillo, y luego a Mushka (Empire Maker), su segunda madre, con la que celebró triunfos de grado, como el que consiguió en el Spinster Stakes (G1). Sovereignty es, de algún modo, la culminación de una historia construida con paciencia y dedicación.
“Te trae muchos recuerdos… Cuando compramos a Sluice, después a Mushka, y tuve la suerte de entrenarla para dos dueños distintos. Ahora ganar el Travers con Sovereignty, que viene de esa línea, es increíble. Es como cerrar un círculo”, expresó un emocionado Bill Mott tras la carrera.
El desarrollo de la prueba fue un ejemplo de la conexión perfecta entre caballo y jinete. Junior Alvarado, el venezolano que es socio exclusivo de Sovereignty, esperó pacientemente en el quinto lugar mientras Magnitude (Not This Time) y Bracket Buster (Vekoma) marcaban parciales exigentes. En la curva final, Sovereignty avanzó por fuera con un galope demoledor, emparejó a Bracket Buster, lo miró “a los ojos” -como si disfrutara el desafío- y en dos saltos se despegó hasta ganar sin que Alvarado tuviera que exigirlo.
“Le doy un poco de rienda y él hace esta cosa increíble: llega al último caballo que tiene que pasar, se queda un segundo con él, lo mira, y después se va”, contó Alvarado el domingo por la mañana. “Es como si les dijera: ‘¡miren quién manda aquí!’. Es un placer montarlo. Es tan bueno… y él lo sabe”.
El tiempo final de 2m84/100 sobre 2000 metros le valió a Sovereignty un Beyer Speed Figure de 115, el más alto del año para cualquier caballo en Estados Unidos. Una confirmación más de que la estrella de Godolphin no sólo domina, sino que lo hace con autoridad.
Alvarado, que celebró así su primer Travers Stakes a los 39 años, no ocultó su felicidad: “Estamos en las nubes. Es un año increíble. Estoy ganando las carreras más importantes y la confianza está por las nubes. Mientras me sigan dando las oportunidades, siento que puedo ganar cualquier cosa”, afirmó el venezolano.
Ahora, la hoja de ruta de Sovereignty apunta a Del Mar: Mott confirmó que el potrillo no volverá a competir hasta el Breeders’ Cup Classic (G1), el 1° de noviembre. Permanecerá en Saratoga, en la pista de entrenamiento Oklahoma, donde afinará su preparación.
“Siempre pienso que los caballos frescos corren mejor”, explicó Mott. “No necesitamos apurarlo. Corre bien de regreso, así que no estoy preocupado. Vamos a entrenarlo aquí y después iremos a la Breeders’ Cup”.
El sábado también dejó otros resultados destacados para Mott: sus pupilos Scylla (Tapit) y Scotland (Good Magic) terminaron segundos en los G1 Ballerina y Forego, respectivamente. Un balance más que positivo para un día que quedará marcado en su carrera.
“Ganar un G1 y ser segundo en otros dos… sí, fue un muy buen día”, resumió el veterano entrenador con una sonrisa. No era para menos...





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