La pasión más fuerte que el destino: Altair Domingos reapareció en Brasil con dos victorias y una historia que eriza la piel
- Turf Diario
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Sin avisar, a medio físico y con el corazón lleno, el jockey que brilló con La Providencia volvió a sentir el vértigo de la competencia

Por Diego H. Mitagstein
Su sonrisa lo dice todo. Altair Domingos volvió a correr y a vivir. La noticia fue un revulsivo para el turf de la región, pues empieza a recuperar a uno de los mejores jockeys de los últimos años, una figura que, se pensaba, ya no volvería a empuñar la fusta tras aquel accidente de 2021 en Palermo, cuando entre las secuelas estuvo un problema en el nervio óptico de su ojo izquierdo que lo obligó a retirarse tempranamente, cuando todavía no había cumplido los 40 años.
Aguerrido como pocos a la hora de la competencia, el brasileño puso alma y vida para superar los temás físicos y producir su sorpresivo y exitoso regreso, este sábado en Taruma, Curitiba, Brasil, donde ganó en 2 de las 5 carreras en que compitió, una de ellas, haciendo pareja con el entrenador Pedro Nickel Filho, el mismo con el que ganó tantos G1 en Argentina con La Providencia y que también reprisó de forma exitosa tras estar alejado de su profesión por unos años.
"Hace solo 40 días volví a montar, y no le había dicho a nadie sobre mi idea, ni siquiera a mi familia. Todavía estoy a un 30 ó 40 por ciento en lo físico, porque fue muy poco tiempo, pero es una gran alegría estar de vuelta", dice Nico, en la entrevista exclusiva que concedió durante la noche del domingo a Turf Diario TV.
"Fue impresionante la repercusión que tuvo y la cantidad de mensajes que recibí, la gran mayoría desde la Argentina. Extraño mucho, porque tengo mucho más reconocimiento profesional allí que en Brasil", suma a la charla, emocionado.
"Pasé 4 años sin montar, había subido mucho de peso, hasta 65 o 66 kilos... El primer día monté 5 caballos, el segundo me subí a 6 y al tercero no podía ni caminar, quedé todo duro. No es fácil superar semejante inactividad. Pero me sentí bien y mucha gente me pedía que volviera el fin de semana anterior, que se corrió el Grande Premio Sao Paulo, pero yo quería hacerlo aquí en Curitiba, que es mi casa, donde empecé...", confiesa, en un guiño para su terruño.
"La gente me apoyó mucho. Me pasó toda mi historia por la cabeza. Elegí al potrillo que debutaba para volver, me gustaba. Un rato antes de correr estaba algo nervioso, pero cuando montás, se te pasa todo. Pero sí, sentí un frío en la panza antes", cuenta, sobre esos momentos previos al regreso.
Altair cuenta algunos detalles de la génesis de su regreso: "Nunca hice comentarios, ninguno, ni con mi familia. Quería volver, siempre lo tuve en la cabeza, pero no sabía cuando iba a ser el momento. Tengo una hija de tres años y cuando miraba los cuadros, las fotos, no estaba en ninguna; y eso fue algo de lo que me empujó al regreso: quería lo mismo con ella".
Se le pregunta qué fue de su vida durante estos 4 años, y responde con absoluta sinceridad: "Fue muy complicado, no te voy a mentir. Los primeros meses estaba muy mal. Por eso compré un stud en Curitiba y tener algunos caballos con un amigo. Pasé toda mi vida así , a los 9 años salí de mi casa para trabajar y no paré más, pero, de un día para el otro, se cortó todo.
"Estaba acostumbrado a correr todos los días. Entrenando me entretuve un poco, pero a mí no me gusta, es mucha responsabilidad. Hay que dar explicaciones, no es lo mismo que correr, que ser jockey..."
A la hora de hablar sobre qué fue lo que más le costó en su rápida carrera al regreso, es contundente: "Los kilos. Engordé mucho, mucho, y en 40 días me saqué 6 ó 7, sin tomar medicamentos, sin nada, solamente trotando, montando y cerrando la boca un poco. Estoy con un personal training muy bueno y con el que voy a seguir. Ahora estoy apenas por debajo de 58, pero necesito bajar algo más, aunque es la etapa que más cuesta. Pero corriendo es más fácil".
Resulta imposible no consultarlo sobre si tiene en mente intentar volver a correr en Argentina, y responde: "Todavía no tengo planes, todo se dio muy rápido. En Palermo me dieron de baja tras el accidente, pero no recibí indemnización. No estoy en juicio, ni quiero llegar a eso, pero, si en algún momento se da, quiero que me dejen correr, no me interesa otra cosa".
Cuenta que Pedro Nickel le dijo que si volvía a cuidar, él tenía que volver a correr, y también que "Entre las cosas buenas de haber dejado de correr estuvo el haber podido disfrutar más de mi familia. Cuando me acordé, Mateo era un señor y mi hija Nicole ya tenía 19 años; no los conocía, no estaba casi nunca en casa. Pero ya me estaba enfermando de no encontrar algo para hacer y que llenara el vacío que tenía".
Altair Domingos cumplió con su deseo de volver a correr, pero lejos está de ponerse objetivos. Irá paso a paso y verá qué le dice su físico. "Si no estoy bien, no tiene sentido correr. Tengo mucho trabajo por delante", dice en la despedida, después de un fin de semana que soñó por mucho tiempo...
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