Labrado, el campeón al que la historia de la velocidad ya lo tiene entre los grandes
- Turf Diario

- 5 oct
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El crack se rehabilitó de su traspié previo y se impuso por tercera vez en los últimos 4 años en el Gran Premio Suipacha (G1)

El boxeo pregona una máxima: "A los campeones siempre les queda una última gran pelea". Cuando parece que ya lo dieron todo, que el tiempo hizo su trabajo de erosión, ellos sacan el corazón para mostrarle al mundo que están vivos, de qué están hechos.
La historia se adapta de alguna forma a Labrado, el tricampeón de la velocidad que regresó a los planos más altos después de la actuación más floja de su brillante campaña para hacer historia y ganar por tercera vez en los últimos 4 años el Gran Premio Suipacha (G1-1000 m, césped normal), reinstalándose como el número uno de la división y tomándose revancha de Le Cornette (Emmanuel), con el que había caído en un par de oportunidades, y al que ahora superó por un contundente cuerpo y medio.
El hijo de Le Blues fue otra vez ese caballo de la atropellada imparable, de arranque demoledor, lejos de la versión que venía a verse, totalmente terrenal, la opuesta respecto de la que pudo observarse en la cálida tarde del Hipódromo de San Isidro.
La mano, el trabajo de Angel N. Bonetto, su entrenador, resultaron fundamentales para otra actuación soberbia del crack, siempre con el apoyo del jockey que mejor lo conoce: Wilson Moreyra.
Esta vez sin mayores problemas en la partida, aunque sí largando bastante cruzado, Labrado vino siempre a tiro dentro de un lote numeroso y en el que Le Cornette pareció moverse siempre adelante, con pequeñas ventajas.
Por los 500 Labrado empezó a entrar en ritmo y a animarse, quedó a tiro por los 300 y arrancó con mucha fuerza para pasar de largo y rematar en 54s90/100, devolviendo a sus seguidores un sport de $ 6,80. Como se dijo, Le Cornette fue segundo, recuperándose de su caída en el Cyllene (G2), y Land of Promise (Le Blues) sorpresivo tercero, a 2 largos más. El favorito Bailarín de Venecia (Angiolo) quedó sexto, sin fuego.
Del Stud Don Ariel, y criado por El Paraíso, Labrado a su décimocuarta victoria, la octava que consigue en el plano de los grupos uno, y dejó en claro que sigue vivo.





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