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Mike Smith sopló 59 velitas, pero sigue teniendo sueños grandes...

  • Foto del escritor: Turf Diario
    Turf Diario
  • hace 31 minutos
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El jockey se ilusiona con más logros, como un nuevo Kentucky Derby


Mike Smith, uno de los mejores jockeys de todos los tiempos / BENOIT PHOTO
Mike Smith, uno de los mejores jockeys de todos los tiempos / BENOIT PHOTO

DEL MAR, California (Especial para Turf Diario).- El domingo cumplió años, pero Mike Smith quiere que todos lo sepan: todavía no son 60. “Este fue el 59, y quiero que quede bien claro”, dice entre risas el Hall of Famer que, pese al paso del tiempo, mantiene intacto el fuego competitivo que lo convirtió en uno de los jinetes más exitosos de la historia.

Durante la última década -y bastante antes- Smith ha sido sinónimo de vigencia. Montando en sus cincuentas, midiendo fuerzas con jinetes que podrían ser sus hijos, y todavía dándoles alguna que otra lección. Campeón en todos los niveles, ganador de más de 5700 carreras, de la Triple Corona, de dos Kentucky Derby, dueño del récord absoluto en la Breeders’ Cup y con más de 240 victorias de G1, “Big Money Mike” tiene un lugar asegurado entre los más grandes de todos los tiempos.

Pero antes de las hazañas, hubo un chico de pueblo. Nació en Roswell, Nuevo México -famoso por el supuesto accidente de OVNIs en los 40- y creció en Dexter, a pocos kilómetros. Su padre fue jockey por un tiempo, un tío domaba y entrenaba caballos, y él, desde muy pequeño, ya estaba entre ellos.

“Corría match races con 11 años”, recuerda. “Competíamos en Nuevo México y Texas. Había un pequeño circuito. Traían Quarter Horses de México y, ¡mamita!, cómo volaban. Vi ganadores del All American Futurity perder contra caballos de match mexicanos”.

A los 15 estaba decidido: quería montar puros. Fue a tramitar la licencia y le dijeron que necesitaba la firma de un tutor. Su tío se ofreció y el trámite quedó hecho. “Por aquel entonces eran mucho más flexibles con eso. Me faltaban apenas un par de meses para cumplir los 16, la edad ‘legal’ para montar, y no era un problema. Con los años intenté varias veces corregirlo, pero siempre me decían: ‘Estás registrado así y sería mucho lío cambiarlo’. Así que lo dejé así”.

Ya con licencia, el desafío era conseguir una monta. En Santa Fe Downs nadie quería darle oportunidad al chico de 45 kilos, hasta que cayó bien en la caballeriza de Wilson Brown, gracias a la insistencia de su hijo Todd. El 12 de junio de 1982, con Future Man, Mike Smith logró su primer triunfo. “Después de eso, el trabajo empezó a llegar. Gané un par más, pero sabía que todavía me faltaba experiencia. No quería gastar mi ventaja de aprendiz hasta estar realmente listo”.

El destino volvió a jugar a su favor cuando se hizo amigo del aprendiz O.A. Martínez. Al enterarse de que viajaría a Louisiana Downs con caballos de J.J. Pletcher, pidió ir. “Me dijeron que sí, y fue una gran experiencia. Estuve un mes mirando todo. Había muy buenos jinetes como Larry Snyder y John Lively. Aprendí muchísimo”.

En el auto rumbo a Louisiana viajaban J.J., O.A., Smith… y otro adolescente llamado Todd Pletcher. Dos futuros Hall of Famers aprendiendo el oficio, lado a lado.

A la vuelta, Mike estaba listo. Ganó en Nuevo México, luego en Arkansas, Nebraska, Kentucky, y en 1989 desembarcó en Nueva York. Allí se consagró y, en 2001, se instaló en California. Dos años después, entró al Salón de la Fama.

Su currículum es apabullante: más de 355 millones de dólares en premios, montas históricas sobre Holy Bull (Great Above), Lure (Danzig), Sky Beauty (Blushing Groom), Royal Delta (A.P. Indy), Shared Belief (Candy Ride), Skip Away (Skip Trial), Azeri (Jade Hunter), Arrogate (Unbridled's Song), Songbird (Medaglia D'Oro), Justify  (Scat Daddy)y, sobre todo, la inolvidable Zenyatta (Street Cry). “Un-be-lieve-a-bal”, repite todavía cada vez que la recuerda.

¿El secreto de su vigencia? “Era pésimo para el golf”, bromea. Dejó los palos y se fue al gimnasio. Desde entonces entrena dos horas diarias, con preparadores en Del Mar y Santa Anita. “Soy tan competitivo que tuve que encontrar otra forma de canalizarlo. Y he estado en el gimnasio desde entonces”.

Smith repite un lema que tomó de Claiborne Farm: “Hacer lo de siempre, pero inusualmente bien”. Y otro consejo, este de su madre: “Rodéate de buena gente”. Lo aplica cada día.

Con 59 años recién cumplidos, todavía sueña con un último gran golpe. “Quiero ganar otro Derby. Tres sería perfecto. Bob (Baffert) me dijo que tiene un 2 años para mí… eso me entusiasma”.

Así es Mike Smith: un competidor feroz, capaz de dejar atrás a veinteañeros en pista y en el gimnasio. Un jinete que sigue haciendo historia. Porque, como él mismo dice, “hay un solo Mike Smith”.

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