Mizzen Mast, adiós a un padrillo generoso cuyo legado sigue vivo en la Argentina
- Turf Diario

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El hijo de Cozzene tenía 27 años y produjo 11 ganadores de G1, entre ellos, Full Mast, que sirve y Gran Muñeca y produjo a Full Serrano, Giustino y la campeona Tan Gritona

LEXINGTON, Kentucky (Especial para Turf Diario).- La crianza internacional despidió hace unas semanas a Mizzen Mast (Cozzene), uno de esos padrillos que supo dejar huella silenciosa pero profunda, tanto en las pistas como en el haras. Con 27 años, y aquejado por las lógicas dolencias de la edad, el tordillo de Juddmonte fue sacrificado durante el verano boreal, según confirmó Garrett O’Rourke, gerente general de la cabaña. Una decisión dura, aunque inevitable cuando es el propio caballo el que “dice basta”, como explicó el directivo.
Criado y defendiendo siempre la chaquetilla de Juddmonte, Mizzen Mast construyó una campaña internacional que lo mostró competitivo en los grandes escenarios. Debutó en Francia bajo la preparación de Criquette Head, donde ganó el Prix de Guiche (G3) y fue segundo en el Grand Prix de Paris (G1). Ya en manos de Bobby Frankel, conquistó el Malibu Stakes (G1) en Santa Anita, culminando una campaña breve pero contundente, con 5 triunfos en 11 salidas.
Su influencia sería aún mayor en la reproducción. Sólido, confiable y siempre subvalorado, Mizzen Mast terminó siendo padre de 11 ganadores de G1, entre ellos nombres inolvidables como Mizdirection (dos veces vencedora del Breeders’ Cup Turf Sprint), Caravel, la estelar velocista que rozó los 2 millones de dólares en premios, o Flotilla, heroína de la Juvenile Fillies Turf (G1).
La muerte de Mizzen Mast también invita a mirar hacia el sur, donde su línea sigue firme y en pleno crecimiento. Full Mast, uno de sus mejores hijos, mantiene encendida la antorcha desde el Haras Gran Muñeca, donde se ha consolidado como un padrillo de notable regularidad y ascendencia.
Ganador del Prix Jean-Luc Lagardère (G1) en Francia, Full Mast encontró en la Argentina un terreno fértil, aportando velocidad, rusticidad y un sello que empieza a hacerse habitual en las carreras de 2 y 3 años. Ejemplares como Full Serrano, ganador del Breeders' Cup Dirt Mile (G1) de 2024, uno de sus estandartes recientes, confirman que el zaino heredó la mejor genética de su padre y la transmite con claridad.
En un país donde las líneas paternas suelen encontrar destino incierto, Full Mast se ha transformado en un eslabón sólido, capaz de mantener viva la influencia de Cozzene y ahora también el recuerdo de Mizzen Mast. Su producción, pareja y ascendente, lo coloca entre los reproductores más interesantes de su generación.
La partida de Mizzen Mast marca el final de una era, pero su historia -y especialmente su legado argentino- sigue escribiéndose. Si algo enseñó el viejo tordillo es que el valor de un padrillo no siempre está en los reflectores, sino en la huella duradera que deja detrás. Y en ese sentido, su descendencia parece decidida a honrarlo por muchos años más.





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