Real Rim abrazó el Jockey Club y Firmamento tuvo su desquite
- Turf Diario

- 5 oct
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Tras la derrota y posterior lesión de Drive Joy en la Polla de Potrillos (G1), el hijo de Remote desató la alegría en Juan Carlos Bagó y su equipo, en San Isidro

Por Diego H. Mitagstein
Si la vida tiene sus vueltas, el turf es una calesita. Todo puede pasar en el maravilloso mundo de las carreras de caballos, donde una decepción, un dolor gigante, es capaz de borrarse a las pocas semanas; de transformarse de una situación difícil de digerir, a un cosas que pasan.
Sin un clavo saca otro clavo, Real Rim le hizo olvidar al equipo de Juan Carlos Bagó y su Stud-Haras Firmamento en el Gran Premio Jockey Club (G1-2000 m, césped), la doble tristeza que había dejado el Gran Premio Polla de Potrillos (G1), donde Drive Joy (Fortify) no solo había perdido ante Gardel Pass (Distinctiv Passion), sino que también terminó sufriendo una lesión que lo dejó fuera de acción por el resto de la temporada.
Pero aquellas caras largas que quedaron con el alazán, cambiaron al opuesto con el hijo de Remote, que concretó en el segundo eslabón de la Triple Corona nacional su irrupción a los primeros planos, tras amagar un par de veces.
Previo segundo cerquita en el Clásico Ensayo (G3) atropellando por dentro, ahora el potrillo mostró todo lo que la madurez es capaz de hacer, consiguiendo una victoria estupenda, contundente, que lo establece como la máxima referencia de la camada sobre pista de grama.
Todo fue tan fácil para Real Rim por dos motivos: primero, por sus propias cualidades. Segundo, por lo poco que hicieron los más creídos, con el favorito The Great Racing a la cabeza, que terminó noveno y anteúltimo a casi 20 largos y siendo una sombra de lo que había mostrado antes, estirado desde temprano.
Pero tampoco corrieron nada ni Forgging (Forge), que había vencido a Real Rim en el Ensayo, más endeble que nunca al frente, ni Ardiendo (Remote) ni Todo Cambia (Mootasadir), último a sin apreciación.
Martín Valle tuvo todo siempre muy claro con Real Rim, esperando por dentro sin perder un metro durante todo el opuesto, buscando el espacio exterior en el codo para no quedar junto a los palos como en el Ensayo y rematando en el momento preciso, cuando Forgging había quedo todas las naves al frente y ganándole e tirón al resto.
Temprano estaba adelante el ganador y luego remató fuerte, cruzando la meta con 2 1/2 cuerpos de ventaja sobre Señor Sandro (Cityscape) que, bien abierto, dejó tercero por el pescuezo al brasileño Phantom (Outstrip). A medio largo, Jazzy Frank (Gidu) fue cuarto, con el reloj deteniéndose en notables 1m58s66/100.
Como en el Gran Premio San Isidro (G1), el Jockey Club ofreció un 1-2 del entrenador Carlos D. Etchechoury -aunque en el programa figuró Juan Manuel, su hijo. Para el profesional, fue el noveno éxito en la prueba, que ya había conquistado antes con Gran Estreno (Lucky Roberto, 2006), Indio Glorioso (Honour and Glory, 2007), City Banker (Lode, 2008), Village King (Campanologist, 2017), Roman Joy (Fortify, 2019), Marignac (Equal Stripes, 2020), Natan (Señor Candy, 2022), Happy Happy Day (Hi Happy, 2023). Números O'Brien.
En la G3 Real Nistel (Van Nistelrooy), le dio a Firmamento su tercer Jockey Club como criador -también lo ganó en 1998 con Have a Champ (Ski Champ) y con Happy Happy Day-, pero el primero con colores propios, con Juan Carlos Bagó disfrutando en persona de semejante conquista, con una sonrisa gigante de por medio. Disfrutando de lo que más le gusta en el mundo: las carreras de caballos.





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