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Un apellido con historia, una victoria con nombre propio

  • Foto del escritor: Diego Mitagstein
    Diego Mitagstein
  • 6 may
  • 4 Min. de lectura

Con Need You Tonight, Roberto Andrés Pellegatta, el hijo del “Profesor” llegó a la cima tras años de trabajo y consolidó su camino propio dentro del turf argentino


Un momento soñado para Roberto A. Pellegatta / HAPSA
Un momento soñado para Roberto A. Pellegatta / HAPSA

Por Simón Mitagstein

La imagen de Maximiliano Aserito llorando como un chico en las riendas de Need You Tonight tras ganar el jueves último en el Hipódromo Argentino de Palermo el Gran Premio República Argentina (G1), fue el símbolo del día, el aporte de emoción que se adueñó de los flashes y de las cámaras.

Si bien en su caso no llegó a expresarlo de la misma forma, en el rostro de Roberto Andrés Pellegatta se dejaba ver un mismo sentimiento, una satisfacción de haber llegado a la cúspide que tardó varios años y que le sirvió para sacarse para siempre la mochila de ser el hijo de, circunstancia que en el deporte pocas veces termina jugando a favor.

Desde hace ya unos años a cargo de su propia caballeriza, el cuidador abre su corazón: "Llamarse Pellegatta no es fácil en el mundo del turf, porque para la gente siempre vas a ser el hijo de, pero hace más de una década que dejamos de trabajar juntos, y en ese tiempo me costó un montón que me enviaran caballos, pero todo llega... Estoy muy satisfecho; es un logro importante para mí, en lo profesional, pero eso no impide que siempre tenga el apoyo de papá; nunca dejamos de compartir información y, cuando tengo alguna duda lo consulto, después de todo, es el Profesor", dice, contento como pocas veces se lo vio.

Con el interminable tordillo Special Dubai (E Dubai) había logrado buenos triunfos, como en el Gran Premio General San Martín (G1) o en el Gran Premio Vicente Dupuy (G3), en La Punta, San Luis, pero con Need You Tonight atravesó una barrera que le venía siendo infranqueable.

"Ganar una carrera de este nivel no me había tocado ni cuando mi viejo no estuvo, conseguí un montón de victorias, pero ninguna como el República Argentina.  Era algo que tenía pendiente y ahora sentí un orgullo, una satisfacción enorme, que comparto con mi equipo, el propietario que confió en mí y es algo especial", explica, con plena sinceridad.

Ya a la hora de hablar sobre la carrera y el trabajo realizado para alcanzar el objetivo, el profesional tampoco se guarda nada: "En el Honor el que lo mandó a Maxi -Aserito, el jockey- a correr de atrás fui yo. El caballo estuvo muy bien y solo faltó un poco de suerte. La experiencia me sirvió para afilarlo un poco más; lo trabajamos de otra manera, ya que, en este oficio, todo se aprende y los caballos siempre te dicen que es lo mejor que conviene. Si corría más cerca, creo que entraba último, porque no estaba preparado para ir a tanta velocidad. El desarrollo fue el mismo. No se lo ve nunca, va atrás, por dentro y cuando encontró la libertad que le faltó en la anterior ya viste el resultado. A veces se dan desarrollos que te perjudican y otros que te favorecen, y también la suerte influye y eso fue lo que pasó. Need You Tonight es espectacular, muy sano, que es lo mejor que te puede pasar. De mañana no te muestra mucho, pero, cuando le ponés la montura, es muy corredor. Tengo la impresión que en césped va a rendir de la misma manera".

-¿Ya hay algún plan para el futuro?

-La idea ahora es correr las Estrellas que este año se corren en Palermo. No está inscripto, pero lo hablamos con los dueños de pagar el suplemento. Veremos, falta bastante...

-¿Cómo lo vivió tu papá?

-Estaba muy contento, me felicitó y me resaltó que le gustó como lo corrió Aserito, él siempre lo bancó, y Maxi se merecía un triunfo de este nivel.

-¿Cuándo y cómo nace la dupla con Aserito?

-Después que ganamos el Dupuy nos hicimos muy amigos y, como no tenía un jockey que estuviera siempre disponible empecé a trabajar con él. Nos bancamos mutuamente, porque a veces no tenía caballos para correr y eso hizo que las cosas estén saliendo muy bien. Para mí es muy buen jockey y espero tenerlo mucho tiempo colaborando conmigo. Aquí está todo inventado, si vos no tenés un buen jockey, peones, veterinarios, herreros y, fundamentalmente, caballos competitivos la cosa se hace cuesta arriba. Por suerte, pude consolidar un equipo muy eficiente y ahí radican los resultados. En este momento tengo 10 caballos en el As de Picas que me dieron de San Isidro, y cerca de 25 aquí en Palermo, un número para mi ideal para poder manejar las cosas como a mí me gusta.

Junto con su familia, Roberto Andrés Pellegatta no puede ocultar su emoción; tampoco quiere, queda claro. Agradece las decenas de saludos que recibe y que, quienes conocen su historia, saben que tiene más que merecidos. 

"Todo esto lo llevo en la sangre, lo mamé desde chiquito, y ahora hay que superarse porque lo más difícil es mantenerse", dice a la hora de la despedida, conocedor del paño y de que nadie pudo vivir por demasiado tiempo del exitismo, pura lucidez en el momento de tocar el cielo con las manos. Esto que tanto esperó y por lo que tanto luchó.


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