Venetian Sun y Quisisana brillan en el domingo de Deauville

La potranca le ganó a los machos en el Prix Morny (G1), mientras que la yegua dio el golpe en el Prix Jean Romanet (G1)

Venetian Sun dio el golpe ante Gstaad en el Prix Morny / FRANCE-GALLOP

DEAUVILLE, Francia (Especial para Turf Diario).- Deauville vivió este domingo una tarde de turf que será difícil de olvidar. Dos carreras, dos historias diferentes y un mismo escenario de gloria. Venetian Sun, la única potranca en la pista, confirmó todo lo que de ella se esperaba al imponerse en el Sumbe Prix Morny (G1), la prueba más prestigiosa del verano para los dos años. Un rato más tarde, Quisisana firmó una actuación soberbia para quedarse con el Sumbe Prix Jean Romanet (G1), ratificando la excelencia del Haras de la Pérelle.

Con apenas dos años, Venetian Sun demostró que ya es una campeona en potencia. Enfrentando a machos en el Prix Morny, la hija de Starman, entrenada por Karl Burke, se impuso con autoridad, completando los 1200 metros en 1m8s39/100, sobre un terreno rapidísimo que inquietaba a su propio preparador.

La carrera se definió en los últimos 300 metros. Con el puntero Coppull (Bated Breath) agotado, Outfielder (Speightstown) amagó por los palos, pero careció de resto. Por fuera, en cambio, todo fue de Venetian Sun: poderosa, liviana, segura, dominó con estilo para contener por medio pescuezo a Gstaad (Starspangledbanner), el crédito de Aidan O’Brien, mientras que Wise Approach (Mehmas) completó el podio a 1/2 cuerpo.

“Es increíble, hace todo tan fácil que parece que no hubiera corrido”, dijo un emocionado Karl Burke, que sumó así otro G1 en Francia. “Creo que todavía no conocemos su techo. Su temperamento es perfecto, y la veremos mejorar con algo más de blandura en la pista. La próxima parada será el Moyglare Stud Stakes (G1) en Irlanda. Allí sabremos si estamos frente a una potranca clásica”.

Para Clifford Lee, su jockey, la victoria tuvo un sabor único: se trata de su primer triunfo de G1. Hijo de una familia ajena al turf y formado en la escuela de Newmarket, Lee encontró en Burke a su gran mentor. “Lo comparo con un nuevo Pat Eddery”, bromeó el entrenador. El futuro de ambos, y de Venetian Sun, parece recién empezar.

Quisisana, en el Romanet

Si Venetian Sun mostró el futuro, Quisisana confirmó el presente. En el Prix Jean Romanet (G1), la hija de Le Havre se floreó en los 2000 metros para darle al Haras de la Pérelle un nuevo capítulo de gloria. Paciente en el segundo grupo, con Christophe Soumillon en un asiento de lujo, la yegua esperó su momento y, en la recta final, desató un cambio de ritmo imparable para despegarse y cruzar la meta con 1 3/4 cuerpos sobre Survie (Churchill), que relegó por hocico a Grand Stars (Sea the Stars).

Para su entrenador, Francis Graffard, el triunfo tuvo un sabor especial: “Siempre creí en ella. El año pasado estaba convencido de que ganaría esta carrera, pero los problemas físicos nos jugaron en contra. Le pedí al propietario que la mantuviera en entrenamiento y hoy la yegua nos devuelve todo con creces. Todavía hay más por venir”.

El Haras de la Pérelle, fundado en 1995 por el empresario alemán Jürgen Winter, ha desarrollado una filosofía clara: pocas yeguas, pero de altísima calidad, cruzadas con padrillos de elite. Los resultados están a la vista: nombres como Giofra (Dansili), High Jinx (High Chaparral), Mille et Mille (Muhtathir), Reggane (Red Ransom) y Simca Mille (Tamayuz) ya forman parte de su historia… y ahora se suma Quisisana, que podría apuntar al Prix de l’Opéra (G1), aunque su entorno no descarta soñar con el Prix de l’Arc de Triomphe (G1).

Con Venetian Sun apuntando a convertirse en una de las grandes protagonistas de su generación y Quisisana consolidándose entre las mejores yeguas europeas, el hipódromo de Deauville volvió a ser el epicentro de la hípica mundial. Dos carreras, dos estrellas y una misma conclusión: el futuro del turf europeo se escribe con nombre propio.