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Walter Cicero hizo del esfuerzo su pasaporte en el turf internacional

  • Foto del escritor: Turf Diario
    Turf Diario
  • 2 abr
  • 4 Min. de lectura

De jockey a valet y galopador de confianza, el argentino cuenta su camino en el turf desde Argentina hasta su participación en la Dubai World Cup


Walter Cicero galopando a Little Vic en Meydan / DRC
Walter Cicero galopando a Little Vic en Meydan / DRC

Por Diego H. Mitagstein

(Enviado especial de Turf Diario a Dubai, Emiratos Arabes Unidos)

DUBAI, Emiratos Arabes Unidos (De un enviado especial).- Radicado en los Estados Unidos desde hace casi treinta años, Walter Cícero representa el perfil del argentino que, con sacrificio y constancia, se abre camino en el exterior persiguiendo un sueño, buscando una vida mejor. Hoy, su experiencia y profesionalismo lo llevaron hasta Meydan, donde está participando del festival de la Dubai World Cup como galopador de los ejemplares Little Vic (Practical Joke) y Steal Sunshine (Constitution), ambos anotados para correr la Godolphin Mile (G2). 

"Me fui a los Estados Unidos en el '96, a los 21 años, contratado por el Rosuer Stable, de Jorge Fernández, pudiendo ganar algunas carreras. Hice de todo desde entonces, y siempre tuve relación con los caballos, que me llevaron a conocer muchos países, como este, donde ya estuve la oportunidad de estar algunas veces", cuenta Walter, después de varear a Little Vic en Meydan y en el interín hasta tener que llevar a Steal Sunshine al training track, y feliz por la entrevista con Turf Diario.

“Mi vida fue un camino largo, de mucho esfuerzo. Al principio no fue nada fácil, pero nunca dejé de estar cerca de los caballos. Me encanta este deporte y supe adaptarme a los diferentes roles para seguir adelante”, cuenta Cícero, quien en su juventud corrió en la Argentina antes de emprender su aventura en los Estados Unidos.

Sobre su paso como jockey profesional, reflexiona: "No me fue tan bien como creía que podía ser. Es una profesión en la que necesitás suerte, y esa suerte se llaman caballo. Nosotros tenemos un pequeño porcentaje de lo que hacen, el resto son ellos... Me quebré 9 veces, tuve 7 y 8 operaciones, fue complicado"

Aquellos escollos del comienzo, los guiños del destino negativo, lo llevaron a estar fuera de los hipódromos un tiempo: "En un momento me salí del negocio e hice de todo. Estacioné autos, lavé autos, bien de abajo comencé de nuevo, pero me acomodé y hace 30 años que estoy en los Estados Unidos, con mi esposa, mis 3 hijos.

"Desde Hace 22 años soy valet de algunos jockeys, con lo que me fue muy bien, pudiendo trabajar con José e Irad Ortíz Jr., John Velázquez, y con Jorge Ruiz Díaz y Horacio Karamanos también, cuenta orgulloso del lugar en el mundo de la hípica que encontró y que siempre es respaldo de muchos jinetes.

Muchos parte con la idea de estar mejor, pero les cuesta encontrarse en el exterior. En su caso, confiesa: "Me hice al país, pero soy argentino hasta la muerte. Extraño, claro, las tradiciones, pero cada vez que puedo voy, pero muchos amigos ya no están en el gremio, otros no están más entre nosotros, pero el show debe continuar, es así.

"Logré hacerme una vida fuera del turf totalmente normal, vivo bien. Tengo una compañía que corta árboles, algo que hacía de chico en Argentina, me ocupo de los jardines de algunas casas. Hago de todo, pero lo mío siempre fueron los caballos y es lo que más disfruto. El tema es que a las 8 de la mañana ya estoy libre, y por eso voy haciendo otras cosas, hasta mi casa hice.

"Paso 6 meses en Tampa, donde soy valet hace 5 años, entre otros, de Sammy Camacho, y los otros 6 en Monmouth Park, con Paco López, pero allá hace 20 años que trabajo. Tuve mucha suerte en ese oficio, ganamos más de 9000 carreras", explica, locuaz.

Walter se alegra por el presente que viven los jockeys argentinos en los Estados Unidos: "Siempre les costó ir a trabajar allá. Muchos viajaron y tuvieron suerte y siguieron, como Horacio o Jorge, pero otros no aguantaron. Se extraña, dejan la familia, las tradiciones. El que se la banca prospera, porque es talentoso. En mi caso, decidí irme en su momento, y ahí estoy, bien, contento hoy con aquella decisión".

Sobre cómo llegó a Meydan para ser parte del festival de la Dubai World Cup, detalla: "Vine aquí con Little Vic, pero contratado, porque trabajo vareando con Kathy O'Connor en Tampa Bay y en Nueva Jersey. Juan Carlos Avila, el entrenador del caballo, me dijo si lo quería montar, nos llevamos bien y aquí estoy. Distinto es el caso con Steal Sunshine, que me lo dieron en Meydan porque no tenía galopador. Son oportunidades y hay que aprovecharlas".

Cícero encarna la historia de tantos argentinos que buscan un futuro mejor lejos de casa y que, a base de trabajo y perseverancia, logran hacerse un nombre en su profesión. En un mundo tan competitivo como el del turf, su historia es un testimonio de que el sacrificio y la pasión pueden abrir puertas en cualquier rincón del planeta.


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