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Bossy Candy, otra bandera en alto para Candy Ride en Woodbine

  • Foto del escritor: Turf Diario
    Turf Diario
  • hace 2 días
  • 2 Min. de lectura

En la pista sintética del hipódromo canadiense, la potranca salió de perdedora ganando el Shady Well Stakes (L)


Bossy Candy y un cierre sólido, para pensar que lo mejor está por venir / WOODBINE
Bossy Candy y un cierre sólido, para pensar que lo mejor está por venir / WOODBINE

TORONTO, Canadá (Especial para Turf Diario).- Pasan los años, cambian las generaciones, aparecen nuevos padrillos… pero la influencia de Candy Ride sigue firme, sólida, como una marca registrada que no conoce fronteras. Este sábado en Woodbine, su hija Bossy Candy agregó otro buen triunfo a la colección mundial del crack argentino, quedándose con el Shady Well Stakes (L), una prueba de US$ 150.000 que confirmó su proyección dentro del programa formativo canadiense.

La potranca, presentada por Mark Casse y conducida con absoluta lucidez por Rafael Hernández, hizo todo como si fuera una experimentada. Desde el partidor 1 salió presta, se acomodó tercera por dentro detrás de Souper Diva (Souper Speedy), la líder y gran candidata, con dos clásicos ya en su haber, y viajó siempre por dentro, sin perder un centímetro. El reloj marcaba 22s72/100 para el primer cuarto y 46s para la media milla, mientras Bossy Candy empezaba a mostrar que lo suyo iba muy en serio.

Ya en la recta final, Souper Diva intentó resistir la embestida, fiel a su estilo generoso. Pero cuando Hernández sacó a Bossy Candy al tercer carril y la dejó correr, empezó a descontar con método, sin estridencias pero con autoridad. A unos 125 metros de la meta pasó de largo y terminó estableciendo 2 cuerpos de ventaja, con un tiempo final de 1m11s48/100 para los 1200 metros sobre la pista sintética. A 3 1/4 largos más quedó tercera Mathematical (Connect).

Fue apenas su segunda presentación. En la primera, el 1 de noviembre, había quedado cerquita, con un desarrollo incómodo y una largada lenta. “Sabía que hoy iba a correr mucho”, contó Hernández, que atraviesa una campaña brillante en Woodbine y firmó su 22do. éxito clásico de la temporada.

La mejora llegó en plenitud este sábado. Bossy Candy mostró profesionalismo, velocidad, carácter y una capacidad de aprendizaje que suele distinguir a los buenos productos. No sorprende cuando se mira su origen: es una hija del sensacional Candy Ride, una de las exportaciones más trascendentes de la cría argentina, padre y abuelo materno de campeones en los principales hipódromos del mundo. Por abajo, suma el sello de Unbridled’s Song (Unbridled), otra garantía de calidad, con su madre Casey’s Dreamin’ aportando un cruce de probada eficacia.

Criada por A & A Farms y W. S. Farish, adquirida primero en US$ 100.000 como destetes en Keeneland Noviembre, y luego en US$ 75.000 en la Fasig-Tipton August Digital Sale, y defendiendo los colores de Gregory Tramontin y Michael Stevens, Bossy Candy ya dio un salto importante. Y, sobre todo, volvió a dejar en claro algo que ya es casi una obviedad: allí donde aparece la firma de Candy Ride, siempre conviene estar atentos.

Porque los años pasan, pero la leyenda -aquel campeón invicto nacido en el los campos argentino- continúa escribiendo su historia, ahora también de la mano de una potranca canadiense que promete más. Mucho más.



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