Murió el campeón chileno Kay Army, a raíz de una neumonía que se complicó

El hijo de Katmai permaneció una semana internado en la Clínica Rood & Riddle de Kentucky, pero nunca pudo recuperarse

Kay Army ganando el St. Leger; se fue un crack / JAIME CORTÉS P.

LEXINGTON, Kentucky (Especial para Turf Diario).- Tristísima noticia la que se conoció este miércoles y que habla de la muerta del campeón chileno Kay Army, producto de una neumonía que se complicó y que, finalmente, no pudo superar.

Pese a que de inmediato el hijo de Katmai fue trasladado a la prestigiosa Clínica Rood & Riddle, y, tras una semana de trabajo intenso por parte de los veterinarios, el alazán no pudo superar el mal trance y se entregó en la mañana del miércoles.

Propiedad de Ignacio e Ignacio Hurtado Jr., que además fueron sus criadores, Kay Army fue una estrella en la hípica trasandina y sudamericana antes de viajar a los Estados Unidos, donde las cosas lejos estuvieron de salir según lo planeado; ni siquiera cerca.

En la argentina Soviet Army (Pure Prize), alcanzó la Triple Corona en Chile, donde fue invicto en 10 salidas, con triunfos en los 3 hipódromos principales. Su raid de conquistas incluyó El Derby (G1), el St Leger (G1), El Ensayo MEGA (G1), el Nacional Ricardo Lyon (G1), la Polla de Potrillos (G1), el Alberto Vial Infante (G1) y los clásicos Criadores Machos Marcel Zarour (G2), Alvaro Covarrubias P. (G3) y Cotejo de Potrillos (G1). Todo había arrancado con un primer lugar debutando en el Club Hípico de Santiago.

Trasladado al norte, al cabo de sus primeros trabajos, Kay Army sufrió una lesión que demandó varios meses de recuperación, con lo que solo pudo debutar aquí el 3 de mayo último, llegando tercero en el Fort Marcy Stakes (G2) de Belmont At the Big A., bajo la preparación de Bill Mott. El 14 de junio último viajó hasta Delaware Park para animar el Cape Henlopen Stakes (L), pero la aventura terminó con el crack desmontado en la pista y con su futuro otra vez incierto.

Tras esa gestión fue enviado al stud de Ignacio Correas (h.), donde se le realizaron todo tipo de estudios para descartar problemas físicos ante aquel inconveniente en Maryland. Todo salió perfecto y retomó su entrenamiento, que venía cumpliendo casi con normalidad; su último ensayo registrado fue el 5 de agosto, recorriendo 800 metros en 49s40/100 en la arena de Keeneland.

Gran caballo, único, Kay Army deja la tristeza por su pronta partida, sumado al sinsabor de no haber podido disfrutarlo en su esplendor en los Estados Unidos, una excursión que comenzó con las expectativas por el cielo y que concluyó de la forma más triste e inesperada.