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Tras los pasos de Best Pal y Arabian Knight, Journalism va por la gloria

  • Foto del escritor: Turf Diario
    Turf Diario
  • 30 ago
  • 3 Min. de lectura

Sólo seis potrillos lograron vencer en la historia del Pacific Classic. El hijo de Curlin, escolta de Sovereignty en el ranking generacional, buscará sumarse a ese grupo selecto en una tarde que puede ser inolvidable


Arabian Knight (por dentro), el último 3 años en ganar el Pacific Classic / BENOIT PHOTO
Arabian Knight (por dentro), el último 3 años en ganar el Pacific Classic / BENOIT PHOTO

DEL MAR, California (Especial para Turf Diario).- A lo largo de los años, los mejores exponentes de la división de handicap conformaron la base de participantes en el Pacific Classic (G1), la gran cita de Del Mar sobre 2000 metros. La carrera fue concebida justamente para ellos cuando se creó, allá por 1991, y con el tiempo se transformó en una escala clave rumbo al Breeders’ Cup Classic (G1).

De tanto en tanto, alguna yegua se anima a enfrentar a los machos. Han sido apenas seis las que lo intentaron en estas 34 ediciones -una de ellas, la argentina Paseana (Ahmad), y solo una consiguió llegar al círculo de ganadores: la inolvidable Beholder (Henny Hughes), que en 2015 dejó un sello imborrable.

Pero el verdadero condimento del Pacific Classic lo suelen aportar los 3 años. Esos potrillos que llegan tras destacadas gestiones en la Triple Corona o aquellos que florecen tarde y alcanzan su madurez en plena segunda mitad del año. Para muchos, la carrera supone un desafío extra: competir por primera vez contra rivales mayores, con más experiencia y desarrollo físico.

En las 34 ediciones anteriores, 19 potrillos enfrentaron ese reto, y 6 consiguieron vencer: Best Pal (Habitony) en la inauguración de 1991, General Challenge  (General Meeting) en 1999, Came Home (Gone West) en 2002, Dullahan (Even the Score) en 2012, Shared Belief (Candy Ride) en 2014 y el más reciente, Arabian Knight (Uncle Mo), el año pasado. Entre los que lo intentaron y no pudieron, aparecen nombres pesados: el ganador del Kentucky Derby (G1) War Emblem (Our Emblem, 2002), el doble ganador de la Breeders’ Cup Classic Tiznow (Cee's Tizzy, 2000) y Dramatic Gold (Slew O'Gold, 1994).

Este año, el nombre propio entre los potrillos es el de Journalism, un corpulento zaino hijo de Curlin que se ha ganado un lugar central en la escena. Sus triunfos heroicos, viniendo desde atrás en el Preakness Stakes (G1) y el Haskell Invitational (G1), lo catapultaron a lo más alto, considerado hoy el segundo mejor tresañero del país, solo por detrás del campeón del Kentucky Derby y Belmont Stakes (G1), Sovereignty (Into Mischief).

“Correr en su propia casa pesó más que cualquier otra consideración”, explicó Michael McCarthy, su entrenador, sobre la esperada decisión de correr en el Pacific Classic. “Obviamente está en la cima de su generación, junto con Sovereignty, pero todavía hablamos de un caballo que cede experiencia, edad y madurez”.

McCarthy admitió que la falta de una gran carrera sobre arena para potrillos en Del Mar dejó pocas alternativas si querían mantenerlo entre los de su generación. La opción era embarcar a Journalism rumbo a Parx Racing, en Pensilvania, para correr el Pennsylvania Derby (G1) el 20 de septiembre.

“Es bueno jugar de local”, resumió Aron Wellman, propietario principal del zaino. “Desde fines de abril no para de viajar. Fue a Kentucky para el Derby, corrió las tres gemas de la Triple Corona y después hizo otro cruce del país hasta Nueva Jersey para el Haskell. La idea de volver a subirlo a un avión simplemente no nos resultaba atractiva”.

En el Pacific Classic, los potrillos reciben una ventaja en el plomo de seis libras respecto de los mayores, que cargan 124. En 1991, la diferencia era de ocho libras y Best Pal, justamente un potrillo, ganó la carrera. En 1992 bajó a siete, se mantuvo así hasta 2009 y desde entonces quedó establecida en seis.

Bob Baffert, que sabe como pocos lo que es llevar potrillos de elite a esta prueba, ganó con General Challenge y con Arabian Knight. “A esta altura del año, los buenos 3 años ya están listos para enfrentarse a los mayores”, afirmó. “Los caballos top, como ‘Pharoah’ (American Pharoah), bailan todas las danzas”.

Para John Sadler, la época también es clave: “En invierno nadie se anima a poner potrillos contra mayores, pero en el verano y entrando al otoño es una progresión natural. Y aquí, además, la ventaja en el peso puede ser significativa, sobre todo en una milla y cuarto”.

La respuesta llegará el sábado por la tarde. Será entonces cuando se sabrá si Journalism es uno de esos 3 años excepcionales, capaz de correr más allá de sus años y superar a rivales de la talla de Fierceness (City of Lights) o Nysos (Nyquist). Por lo visto hasta ahora, motivos para soñar no faltan.

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