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El turf británico tomó las calles de Westminster contra el aumento impositivo

  • Foto del escritor: Turf Diario
    Turf Diario
  • hace 10 horas
  • 3 Min. de lectura

Oisin Murphy, Hollie Doyle, Tom Marquand y hasta un caballo blanco fueron protagonistas de una protesta inédita frente al Parlamento


Los jockeys y el Big Ben de fondo, en una huelga histórica / TT
Los jockeys y el Big Ben de fondo, en una huelga histórica / TT

LONDRES, Inglaterra (Especial para Turf Diario).- Un hecho sin precedentes sacudió este miércoles esta ciudad: por primera vez, el turf británico suspendió todas sus carreras para trasladar la acción a Parliament Square, en el corazón de Westminster, donde jinetes, entrenadores, propietarios y dirigentes se unieron para protestar contra los planes del Tesoro de aumentar los impuestos a las apuestas online.

El temor es concreto. La propuesta de armonizar la tasa de general betting duty (que grava las apuestas hípicas, hoy en 15%) con la del remote gaming duty (juegos de azar, en 21%) significaría, según cálculos de la British Horseracing Authority (BHA), una pérdida de 66 millones de libras en el primer año para la industria.

La postal fue insólita. Oisin Murphy, futuro campeón de la estadística, compartió la escena con el retirado ídolo del steeplechase Richard Johnson y la pareja estelar de Tom Marquand y Hollie Doyle. Los ocho jockeys presentes posaron frente al Big Ben con chaquetillas blancas estampadas con los lemas “Axe the racing tax” y “Back British racing”. Y, como si hiciera falta un símbolo más visible, un caballo blanco de estatua fue paseado en un camión alrededor de la plaza, robándose las miradas de turistas y curiosos.

El ambiente de protesta se mezcló con el caos habitual de Westminster: música anti-Brexit a todo volumen, motociclistas reclamando por los veteranos del ejército, y bajo esa sinfonía de voces, el turf intentó hacerse escuchar con un tono distinto, más educado, pero firme.

La movilización, organizada en apenas unas semanas, logró congregar a nombres de peso. Hugo Palmer se mostró esperanzado: “El hecho de que el Tesoro haya emitido un comunicado muestra que al menos nos prestaron atención. Falta ver si escuchan de verdad. Pero hay que estar aquí: el silencio no sirve”. Dan Skelton, que llegó caminando desde Marylebone, fue más gráfico: “Si querés que el gobierno piense dos veces, tenés que hacer ruido. Hoy lo estamos haciendo”.

Las anécdotas se multiplicaron. Palmer caminó 40 minutos desde Euston bajo un diluvio. Ralph Beckett tomó un colectivo desde Waterloo, reivindicando su costado popular. Todo en una jornada atravesada además por una huelga de subte que complicó los desplazamientos en la capital.

El momento más esperado llegó con el discurso de John Gosden, que apeló a la memoria: “Cuando llegué a Newmarket en los ’70 era una época sombría. Huelgas interminables, establos vacíos, deuda nacional asfixiante, una semana laboral de tres días y un invierno de descontento. Suena familiar. Hoy sufrimos premios miserables y una preocupante baja en la producción de potrillos. Y ahora, además, nos quieren recortar los ingresos del juego. Necesitamos estabilidad para crecer; sin ella, el futuro es oscuro”.

La protesta dejó más preguntas que respuestas. ¿Habrá logrado el turf captar la atención de un gobierno acorralado por múltiples frentes? Nadie lo sabe. Lo cierto es que, por un día, la industria se mostró unida como pocas veces, decidida a defender lo que considera vital para sobrevivir.

“Es solo un necio el que nunca cambia de opinión”, deslizó Palmer con cierta ironía, aludiendo a la posibilidad de un U-turn ministerial. Por lo pronto, el mensaje quedó claro: el turf británico no se resigna y, como advirtió Skelton, cuando se amenaza a la colmena, todas las abejas salen a defenderla.

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