Forever Young ganó el Classic y llevó al turf japonés al momento más glorioso de historia
- Turf Diario
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El crack que preparara Yoshito Yahagi fue imparable en Del Mar y derrotó a Sierra Leone y Fierceness, de los que había sido tercero en la versión de 2024

Por Diego H. Mitagstein (Enviado especial de Turf Diario a Del Mar, California, Estados Unidos)
DEL MAR, California (De un enviado Especial).- Doce meses después de haber quedado tercero detrás de Sierra Leone (Gun Runner) y Fierceness (City of Lights), el japonés Forever Young regresó a Del Mar para cambiar la historia. El hijo de Real Steel se tomó revancha con una actuación memorable en el Breeders’ Cup Classic (G1), la carrera más esperada del fin de semana, y confirmó que el turf japonés no sólo alcanzó la elite internacional: ya la lidera.
Con la serenidad de los grandes y la fe ciega de su entrenador, el siempre carismático Yoshito Yahagi, el nieto del legendario Deep Impact se impuso por medio cuerpo sobre Sierra Leone, deteniendo el cronómetro en 2m19/100 para los 2000 metros sobre la pista rápida de Del Mar. Tercero quedó Fierceness, delante de Journalism (Curlin), Constitution), y Baeza (McKinzie)
Fue una carrera de estrategia y temple. Más cerca del fuego que en 2024, Ryusei Sakai colocó a Forever Young tercero, siguiendo de cerca a Contrary Thinking (Into Mischief) y Fierceness, que marcaron el paso con parciales de 23s4/100, 45s97/100 y 1m10s48/100. En la curva final, el japonés avanzó decidido por fuera y, ya en la recta, mantuvo su empuje con autoridad. Ni el intento tardío de Sierra Leone ni el coraje de Fierceness -que tuvo en el codo un tropiezo determinante- lograron quebrarlo.
Para Yahagi, fue una conquista enorme. “Todavía no lo asimilo. En Japón hubo una repercusión mediática enorme, mucho más de lo que imaginaba, y eso me hace sentir realmente el peso de ganar el Classic”, confesó el preparador este domingo, todavía emocionado.
“Lo revisé esta mañana y salió de la carrera mejor de lo esperado. Ha evolucionado mucho físicamente y siempre se recupera antes que los demás. Creo que eso es lo que se necesita para competir en el más alto nivel mundial”, añadió, dejando claro por qué su caballo llegó tan preparado al desafío.
Yahagi, que ya había ganado dos carreras de Breeders’ Cup -el Mile y el Distaff en 2021 con Loves Only You (Deep Impact) y Marche Lorraine (Orfevre), celebró con humor: “Anoche festejamos en un restaurante mexicano mientras veíamos a los Dodgers ganar la Serie Mundial. Fue un gran partido, una gran serie… ¡aunque un poco decepcionante que nuestra historia quedara opacada!”, bromeó el entrenador, siempre fiel a su estilo relajado y simpático.
El crédito de Susumu Fujita sumó US$ 3.640.000 al bolsillo y elevó su campaña a 13 presentaciones, 10 victorias, 3 terceros y US$ 19.358.590 en premios, con 3 triunfos de G1. Pero lo que más emociona a su entorno es que la historia no termina aquí.
“Seguirá en entrenamiento en 2026, mientras se mantenga sano. Su próxima campaña incluirá la Saudi Cup (G1) y la Dubai World Cup (G1). Luego le daremos descanso durante el resto de 2025, porque este año fue muy exigente. Queremos volver a la Breeders’ Cup, aunque Keeneland será un reto mayor para los caballos japoneses”, adelantó Yahagi.
Por su parte, Sierra Leone volvió a dar espectáculo. Su preparador Chad Brown reconoció la derrota con nobleza: “El ganador corrió una carrera tremenda. Estuvo cerca del ritmo y aguantó. Creo que la pista jugó en contra nuestra; todo el día favoreció a la velocidad. Pero estoy orgulloso de mi caballo, fue muy valiente. Desde el Derby, ellos dos mantienen una rivalidad preciosa, y hoy fue el turno de Forever Young. Se merecen el triunfo”, dijo.
Flavien Prat, en tanto, relató: “Pensé que lo iba a alcanzar, pero el ganador nunca se detuvo. Estaba cómodo, giré con buena sensación y creí que haría una gran atropellada, pero no pude pasarlo. Estoy agradecido de montar un caballo tan bueno; volvió a correr una gran carrera.”
El Classic dejó varias historias entrelazadas, pero una sola certeza: el turf japonés sigue su conquista global con una planificación y un profesionalismo admirables. Yahagi y sus sombreros-ya símbolo de una era- volvieron a poner al Sol Naciente en lo más alto del mundo. Y con Forever Young, el futuro parece no tener límites.

